pamplona 1
Mi querido Enrique Andrés me pide que incluya como entradas dos apuntes que aparecen en los comentarios de ayer a Una cosa rara:
Juan Manuel, ¿conoces mi poema También mueren caballos en combate? Cuando lo escribí, en el 82, nunca había visto caballos muy de cerca. Medio año después, la vida, en forma de servicio militar, me llevó a Pamplona, donde aprendí a limpiar mulos y cuadras, y donde vi por vez primera, y muy de cerca, cómo mueren los caballos. En Pamplona, también aprendí a montar, y allí, no en durmen sus un chivau, como Guillermo de Aquitania, porque mi destreza ecuestre y mi capacidad poética nunca han dado para tanto, pero sí bien despierto a lomos de uno de ellos, imaginé varios de los versos de ese San Luis que hoy me has recordado y que, a su vez, me ha hecho recordar esta pequeña historia. Pero es que, además, la cosa no termina ahí. La vida, al cabo de los años, me ha traído a la tierra de la última cabalgada del rey santo. Muy a menudo, paso junto a la colina de Byrsa, en Cartago, donde se cree que murió, y no puedo evitar que ese jinete de luz en la hora oscura me venga siempre a la memoria.
Etiquetas: cartago, enrique andrés ruiz, europa, guillermo de aquitania, san luis, trovadores, túnez