17 marzo 2009

del testamento de san efrén

Es de noche, y no queda en la lámpara aceite.
Es de noche, y huyeron mis días y mis horas.
El mercenario acaba su servicio de un año.
El extranjero debe retornar a su patria.
No me enterréis, hermanos, en vuestro cementerio;
pues soy un extranjero, enterradme con ellos:
el ave busca siempre otra ave de su especie
y un hombre, estar unido a quien se le asemeja.
Le he prometido a Dios que allí me enterrarían,
junto a los extranjeros de corazón contrito,
para esperar al Hijo y, cuando venga y lave
con su rocío el mundo, resucitar con ellos.

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