toc-toc
Arbolitos del frío
que oye mi amada
mecidos por el viento
de la mañana.
Arbolitos dormidos
que ve mi amada
bajo la blanca luna
de las heladas.
Mi bien amada oía
que alguien llamaba,
toc-toc, a los
cristales
de su ventana.
Y tan sólo veía
si se acercaba
que su cara de niña
la contemplaba.
Etiquetas: arte menor