02 enero 2008

historia del mundo

Termino de leer Historia del mundo y salvación, de Karl Löwith, y me vienen a la memoria estas palabras de Henri de Lubac: “La gran ciudad construida por Caín a fuerza de crímenes no será jamás arruinada mientras subsista el tiempo”. Löwith y Lubac son realistas. Los optimistas hacen de esa ciudad una fortaleza más terrible si cabe. Los optimistas y sus utopías.

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10 Comments:

Blogger FPC said...

La categorización que hacemos entre optimistas y pesimistas (tú refuerzas la primera añadiendo el utopismo como rasgo del optimista: no lo discutiré, aunque me parece que existen muy diversas clases de utopías y no todas parecen poder entrar en el mismo cajón): ¿es mera cuestión temperamental? Si no lo es, lo será de la voluntad, una elección que, como todas las de este tipo, me parece moral. Y, entonces ¿nos es lícito elegir la pesimista, si por ella entendemos la que no aspira a utopía alguna? ¿No debemos siempre intentar cambiar la realidad y, por ello, ser optimistas? ¿No confundimos nuestro análisis "realista" de la realidad con la formulación "pesimista" de nuestra dificultad para cambiarla?
Saludos y feliz año.

02 enero, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Como decían los biblistas daneses de principios de siglo (y perdón por la irreverencia): "Este es el Julio de Europa, el Julio de las claras rectas".

Rocío Arana me llamó pesimista hace poco en Sevilla. ¿Sabría reconocer en ese pesimismo las semillas de la fe? La verdad, a veces me queda la duda. Y me apena.

02 enero, 2008  
Anonymous Anónimo said...

(Sólo por polemizar, porque ya sabes cómo pienso al respecto).

Toda utopía es un programa de perfecciones y a mí me parece imprescindible llevar un programa de esos en los bolsillos; lo que no significa que me crea capacitado para su desarrollo, esto es, que me sienta optimista, sino todo lo contrario. Si la ciencia dice lo que hay, la utopía dibuja lo que debería haber. El problema no es ni aquélla ni ésta, sino el cainita, como bien recoges. El problema es la vocación torticera del cainita que convierte el hallazgo del investigador en un riesgo inminente y la intención de la buena voluntad en un tribunal de intereses mezquinos.
El optimismo peligroso yo lo veo en el antes, no en el después. En Rousseau, por ejemplo, y su infumable “bon sauvage” (aunque más tarde intentase corregirlo); en Freud y su “malestar cultural” por las desavenencias con ese trozo del hombre que está una cuarta más abajo del ombligo; en Marcuse y sus sandeces unidimensionales…; en los que, en general, proponen la destrucción de lo hecho para recuperar lo que nunca ha sido, no el perfeccionamiento de lo dado para acercarse a lo que debería ser. Destruir es lo más fácil del mundo. Construir es otra cosa. Y las utopías, como su nombre indica, no son de aquí; Platón lo suponía (o se dio cuenta después de hacer el tonto en Siracusa), Sto. Tomás Moro estaba seguro (por eso la llamó como la llamó); Marx y muchos demás, sin embargo, se lo han creído. En realidad, éstos no hablan de “ou-topos”, sino de “topos futuribles”. Y, con toda probabilidad, son perversamente optimistas.

02 enero, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Querido Julio:

El tema de la utopía es uno de los que más me han interesado siempre en tu poesía.

A veces pienso (mi pensamientos son muy contradictorios por lo general) que la Utopía es la antítesis del Reino de Dios. Cuando se habla de Utopía se piensa en una Babel reconstruída, en un mundo de nephilim. La búsqueda de la utopía en el sentido histórico o terrenal, como fin y no como medio, siempre me ha producido rechazo.

"El reino de Dios es la más pequeña de todas las semillas del mundo; pero, una vez sembrada, crece y se hace mayor que cualquiera otra planta del huerto, y echa ramas tan grandes que hasta los pájaros pueden anidar a su sombra."

No sé si me explico. Trataré de escribir algo sobre ello también en mi blog.

Un abrazo fraterno.

02 enero, 2008  
Blogger Jesús Beades said...

"Si esa ciudad existe, mis jinetes
la harán ceniza. Nada enseña a un hombre."


Feliz año, Julio, y un gran abrazo.

03 enero, 2008  
Blogger José María JURADO said...

Más fértil que la utopía o el pesimismo: La Esperanza, la segura Esperanza.

05 enero, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Querido Julio,

he dejado en mi blog un poemita titulado "Romance del peregrino y los cuatro demonios", donde intento expresar lo que decía antes. Espero que te guste. Un abrazo

06 enero, 2008  
Anonymous Anónimo said...

"RÉALISME - Plus que les pires réalités, je hais les faux idéals. Le réel, pour moi, ce n'est pas ce qui s'oppose à l'idéal, c'est ce qui s'oppose au mensonge"
(Realismo- Más que las peores realidades, odio los falsos ideales. Lo real, para mí, no es lo que se opone al ideal, es lo que se opone a la mentira)
G.Thibon; Retour au réel.1943

08 enero, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Me hubiese gustado establecer, como de costumbre, un diálogo con cada uno de vosotros, pero, durante estos días, me ha resultado casi imposible ocuparme del blog.

10 enero, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Querido Julio,

Escribí en el blog el artículo que te había prometido sobre la Utopía. Te dejo el enlace.

El Reino de Dios y la Utopía

Un abrazo

24 febrero, 2008  

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