07 mayo 2007

viaje a los mundos de dios 5

Enrique García-Máiquez me preguntaba en un comentario a Viaje a los mundos de Dios 4 si Enrique Andrés Ruiz había tenido en cuenta la Carta a los artistas de Juan Pablo II a la hora de escribir su ensayo. No supe qué responderle y se lo pregunté al propio Enrique Andrés. Ésta es su respuesta:

Caro Giulio:

He vuelto a leer la Carta a los artistas de Juan Pablo II que tenía totalmente olvidada. No, evidentemente no la tuve en cuenta al escribir aquellos párrafos que tú has reproducido. No dejó en mí apenas huella; no dejan huella las cosas a las que uno sólo puede asentir. Por otra parte, no veo que lo dicho sea un anverso del que esa carta es el reverso. Es un escrito excelente que, sencillamente, nada tiene que ver con aquella sombría Omelia del Papa Montini. Juan Pablo II hizo allí una exhortación, no una solicitud implorante, reclinada, entregada, a unos artistas y a un arte que previamente había declarado su guerra a determinadas "verdades verticales del cristianismo”, como diría Guitton. Pero, de momento, es en aquel "lugar" que describe Pablo VI donde estamos. Ni la Iglesia ni los cristianismos de facilidad parecen querer darse cuenta de que el arte contemporáneo no es un mero estilo que haya sucedido a los otros estilos históricos, sino un producto de la revolución que, en su día y sobre la base de la autonomía soberbia de la voluntad romántica, fue lanzada precisamente contra la forma encarnada y contra el espíritu de la Escritura.

(Hace poco se ha celebrado en la Universidad de Navarra un ciclo sobre un horrendo pintor procedente del expresionismo abstracto, Congdom, cuyo mérito a ojos religiosos parece estar en haber servido de compañía como ilustrador de unos textos del gran Ratzinger en un libro; pero cuya coartada real es aquella condición suya de expresionista abstracto y de progreso. Producía estupefacción cómo buenos representantes del radikalismo artístico nuestro eran convocados por la inspiración religiosa en busca ¿de qué? ¿del abrazo rogado por el papa Pablo VI? Las consecuencias de esto son terribles.)

Wojitila, nada componentista, llamó a los artistas que quisieran buscar muro de apoyo en la Encarnación y en el Evangelio, pero... a sabiendas de lo que hacían y a sabiendas, sobre todo, de que en la casa en la que entraban podían interpretar ellos una música pero la letra ya estaba escrita. Y lo hizo allí donde Pablo VI parecía únicamente estar pidiendo un perdón acusador para la Iglesia. Por decirlo pronto, Pablo VI, en época de miedo cerval al comunismo, permitió una confusión trágica entre el Espíritu de la Historia (que él supuso ya del lado de la voluntad libérrima de los artistas contemporáneos) y el espíritu cristiano. Esta confusión, después del libro sobre Joaquín de Fiore, de Lubac, no es de recibo. Después de las consecuencias del hegelianismo, no es de recibo; después del "espíritu de nuestros tiempos", no es de recibo... Pablo VI llamó "espíritu" a lo que los mismos artistas llaman "espíritu", es decir, al revolucionario, al indómito, al liberado espíritu de infinitud del idealismo, mientras Juan Pablo II aclara y distingue en su Carta la naturaleza y perfiles del único espíritu que puede ser llamado tal por un artista cristiano.

Otra cosa es que queramos apropiárnoslo todo y no veamos en nada ninguna incompatibilidad. Pero ésa es la iglesia "mercurial", que no hurga nunca en la herida, en la tragedia, en la terrible exigencia del cristianismo, casi inalcanzable, para el que es muy difícil que los guapos sean además listos y además buenos cristianos y además artistas y además directores generales y padres de familia y presidentes de un club de un fútbol.

Un fuerte abrazo de Enrique

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6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

He disfrutado muchísimo con los viajes a los mundos de Dios -que me encuentro a la vuelta del mío a los pisados por Él- y con este colofón. Gracias a Enrique Andrés (me acordé en Betania de ese poema maravilloso de "Estrella de la tarde" sobre los dos perros hermanos, uno que corre tras todo lo que se mueve y otro absorto, con los que se le divide el alma y desea que vuelva a hacerse niña para juntar sus mitades) y gracias a ti.
Con todo, después de buscar el discurso de Pablo VI a los artistas, con esa petición de perdón por la "capa de plomo" (un poco pretenciosamente ¿no? Como si el que de verdad es artista no supiera hacerse de cualquier capa, por plumbea que sea, un sayo)y de releer la carta de Juan Pablo II, a mí sí que me parece que en ésta se puede leer al sesgo una corrección de aquella. Lo primero situando la verdadera relación de amistad no entre la Iglesia y los artistas, sino entre Dios y el artista, y lo segundo levantando esa pesada capa de plomo (con la que viste Dante a los hipócritas en el Canto XXIII del Infierno ¿?)y sustituyéndola por "la alianza fecunda entre Evangelio y arte", la que ha dado lugar a Giotto, a Rafael, al canto gregoriano, a Dante, al Greco, a Péguy... Todo ello, claro, con una sonrisa y con palabras de afecto sobre su venerado predecesor Pablo VI y su "singular encuentro" con los artistas en la Capilla Sixtina.

08 mayo, 2007  
Blogger E. G-Máiquez said...

Venía a decir lo mismo que CB., pero probablemente peor.

08 mayo, 2007  
Anonymous Anónimo said...

Vaya, Enrique, lo siento. Si lo llego a saber me callo.

08 mayo, 2007  
Anonymous Anónimo said...

que la anónima era yo, que me equivoqué de redondelito. Que le decía a Enrique que es muy amable y muchas gracias, pero que me apena que no diga lo que venía a decir, con toda seguridad mejor.

08 mayo, 2007  
Anonymous Anónimo said...

Gracias, Cristina, por la minuciosa lectura de los textos y por tus incisivas reflexiones a partir de la "Carta a los artistas". ¡Y gracias por traer una vez más a mi memoria a Mara y Tacoa, los entrañables perros del poema de Enrique!

09 mayo, 2007  
Anonymous Anónimo said...

Despacito sí que me los leí (y después de leerlos juntos estoy casi convencida de que fue el primer texto el que movió a Juan Pablo II -reaccionando más o menos como Enrique Andrés- a escribir el suyo), pero "incisivas" es una palabra muy filosa y muy fea. Preferiría que aprovecharas para colgar el poema y poder volver a lerlo, lo tenía fotocopiado y no lo encuentro.
Gracias a ti.

09 mayo, 2007  

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