desdicha mala
Entré en la desdicha y la palabra desdicha no dejaba de resonar dentro de mí. Ese eco trajo a mi memoria las conocidas endechas a la muerte de Guillén Peraza, que quedó en La Palma allá por 1443 ó 1444 (que ahora no recuerdo). La flor marchita, la retama (la “odorata ginestra / contenta dei deserti”, de Leopardi), el ciprés, esos volcanes como puertas abiertas al infierno, los arenales, la lanza inservible, el inútil escudo, la malandanza.
¡Llorad las damas, sí Dios os vala!
Guillén Peraza quedó en La Palma,
la flor marchita de la su cara.
No eres palma, eres retama,
eres ciprés de triste rama,
eres desdicha, desdicha mala.
Tus campos rompan tristes volcanes;
no vean placeres, sino pesares;
cubran tus flores los arenales.
Guillén Peraza, Guillén Peraza,
¿dó está tu escudo? ¿dó está tu lanza?
¡Todo lo puede la malandanza!
¡Llorad las damas, sí Dios os vala!
Guillén Peraza quedó en La Palma,
la flor marchita de la su cara.
No eres palma, eres retama,
eres ciprés de triste rama,
eres desdicha, desdicha mala.
Tus campos rompan tristes volcanes;
no vean placeres, sino pesares;
cubran tus flores los arenales.
Guillén Peraza, Guillén Peraza,
¿dó está tu escudo? ¿dó está tu lanza?
¡Todo lo puede la malandanza!
Etiquetas: leopardi, lírica tradicional, poesía italiana
13 Comments:
Qué alegría llegar a tu blog! Te he enlazado y vendré a visitarte...
Bienvenida, Rocío.
Amigo Julio,
no te puedes hacer una idea del impacto que me ha supuesto encontrar tu blog. Enlazando desde el de Enrique, antes de que se cargara la página, leo el nombre en el navegador, cuestionesnaturales, y en ese medio segundo, pienso: "el poema de Mesanza". Y aquí estás.
También en mi blog tienes tu casa. Hace tiempo ya que no tomamos la cerveza en el irlandés enfrente de Correos, y lo voy echando de menos.
Un fuerte abrazo.
Yo también echo de menos esas impresionantes cervezas y tu conversación, querido Jesús.
Bueno, como yo ya tengo la sorpresa digerida, he podido disfrutar del poema. Qué bonito en su desdicha.
Paradójicamente me anima a coger mi lanza y mi escudo para esta mañana de lunes.
Para mí, de lo mejor del quince, junto a las Coplas de Manrique.
Hasta los arenales de Túnez van llegando los amigos: ni la misma Dido seguiría hablando de desdicha, que la pobre se encaramó a la pira porque no sabía lo que era un Blog.
Como decía Boscán el Primero:
"Pues ya con los amigos más queridos
¿qué será el alborozo y el placer
y el bollicio de ser recién venidos?"
¿Para cuando pues la entrada alegre que te pedía Boscán el Segundo ? Porque lo de Isaac está muy bien, pero alegre, alegre...
P.D.¿Te habías dado cuenta de que "cubran tus flores los arenales" se opone exactamente al "que el desierto estalle en flor" de Isaías? Siempre la flor y la arena. Seguro que sí, ¿cómo se le va a escapar a tan experto desiertólogo?
Un abrazo y las mejores flores en esta travesía del ya no tan desierto.
Muchas gracias, CB. ¿Sabes, de todas formas, que a Túnez, y no sin razón, la llaman la verde? De Isaías me di cuenta luego. Antes, vino a mi memoria la retama de Leopardi. Debe de ser el primer poeta que la trata con cariño; es decir, el primero que no habla de ella como fruto del negativo desierto, sino como milagro de la vida. ¡Vendrá esa entrada alegre que me pedís Boscán y tú!
Uno mi gusto y mi sorpresa por encontrarte en un blog a los de Rocio y Jesus. Y tal vez mas aun, porque hace mucho mas tiempo que no sabia de ti.
Ademas, llevo conmoviendome desde los diecisiete annos con las coplas a Guillen Peraza. Con algo de prisa, en una hoja literaria+blog que tenemos en Peru, le dedique unos parrafos: http://gentemagenta.blogspot.com/2005/12/las-endechas-guilln-peraza.html
Espero que disfrutes de tu capitania en Tunez. Un abrazo desde las Americas.
Me alegra también saber de ti, querido Manuel. Leeré lo que escribiste sobre Guillén Peraza: es una de mis viejas obsesiones. Gracias y un abrazo.
La isla de La Palma, La Nivaria es una fiebre delirante de tanta belleza. Ese ardor profundo que todavía emana, su azul marino o turquesa insultantemente bello.
Yo voy a menudo, y aún así, no puedo salir de su resplandor.
Gracias por alcánzarme a Guillén Peraza
Gracias a ti, paralelo 49. No he estado en La Palma. Por lo que dices, ¡ojalá la vea pronto!
obviamente: alcanzarme
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