contra utopia
No es la ingenuidad, como se suele decir, sino la estupidez, lo que caracteriza a una utopía y a todo el pensamiento utópico. Y no una estupidez cualquiera, sino la estupidez criminal. El utopista está convencido de que usted y yo no somos libres; o peor aún, de que lo somos y tenemos que dejar de serlo. Y eso, por si sólo, ya es criminal. Poner en circulación una utopía es criminal; adherirse a ella y hacer proselitismo es asociarse en el crimen y para el crimen, como se ha visto sobradamente a lo largo del siglo pasado. Un partido utopista dispuesto a llevar a cabo sus planes se diferencia de una organización mafiosa en que la segunda vive de espaldas a la ley, mientras que el primero quiere ser la única ley. En una sociedad normal, sólo los delincuentes están fuera de la ley; en una sociedad utópica, hay que eliminar a todas las personas normales, a todos los hombres libres, para que se cumpla la ley, la ley de los delincuentes, la ley de los paranoicos y sus esclavos.
Etiquetas: utopía
1 Comments:
Sí, usted tiene razón y tiene inteligencia, lo que no tiene es piedad. Hasta Dios se rebajó a tenerla con los hombres que creó y que conocía. Para agotar su estúpida hambre de perfecciones, para calmar su nostalgia de paraíso perdido y perdonar la culpa, se inventó el cielo y le puso puerta. Pero no todos van a los sitios por los mismos caminos y no todos saben esperar.
Pienso en algunos hombres que hablaron de cosas parecidas a las que usted detesta. No recuerdo criminales, tenían algo de niños navegantes. Los criminales llegan después y llegan siempre a todos los lugares. Su ciudad natal no es precisamente la Utopía.
En fin, yo estaría del lado de los otros. Con muchísimo miedo, con la vergüenza de tener menos armas (igual que escribo esto), con humildad y tristeza, porque odio las guerras que el corazón ha perdido de antemano. Pero estaría.
Sin embargo, no hará falta que vengan sus jinetes: esta ciudad no existe.
Haga como yo, no crea en ella.
Betty B.
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